miércoles, 29 de marzo de 2017

Luz


Santiago levantó la mirada del libro en el cual llevaba horas sumergido, al tiempo en el que comenzaron a caer las primeras gotas de lo que sería un largo día de lluvia. Se dibujó una sonrisa en su cara. Era una de esas que Luz, su hermana, conocía y le encantaban.

¿Que pasa?- le preguntó Luz mientras sonreía también, adelantándose a lo que sabía que sería una interesante conversación.

¿Leíste este libro, verdad?- Santiago dijo refiriéndose a Veronika decide morir. Luz asintió con la cabeza. -Veronika menciona que le gustan los días lluviosos porque reflejan lo que siente por dentro. Pero creo que hay tanto que el autor pudo haber agregado. Creo que ella quería decir más. En estos días donde Dios llora, como solía oír de pequeño, se corre el maquillaje, los cuentos de hadas son lavados y sale la verdad. Aquellos que le tienen miedo a lo real se refugian en sus hogares. Los más valientes salen a explorar lugares y cuerpos. A probar actividades y amantes. Los religiosos reciben bendiciones. Lo verde se nutre. Irónico, pero siento que en esos días lluviosos mi mundo se ilumina. De la oscuridad viene la luz.

sábado, 25 de marzo de 2017

Una tarde de domingo

Un tarde de domingo, mientras esperaba a mi padre en un restaurante, me encontré con un amigo. Este me presentó a un hombre que se parecía a un actor estadounidense y a unos cuantos hombres mas que realizaban un actividad en el restaurante. Quería seguir compartiendo con ellos pero mi padre llegó. Al irnos veía como seguían llegando personas al evento, como seguían llegando caras conocidas. De repente aparecí en casa de mi abuela en medio de un caos total. Aparentemente, seres fantasmales y zombierescos nos tenían acorralados y debíamos salir de ahí. Pero en nuestra lógica daba tiempo a bañarnos y cambiarnos para lucir más presentables.

Finalmente, los seres irrumpieron y nos pasaron de largo. No era a nosotros que buscaban sino a Dios. Luego desperté...


jueves, 23 de marzo de 2017

Versos libres

Se romperá el silencio con más silencio
y no habrá un grito mas.
Las máquinas que nos controlan
dejarán de funcionar.

Y los números,
con sus horas y sus medidas,
también desaparecerán.

Entonces seré yo con la nada y con el todo.
Con el universo, con el fuego,
con el mar y la verdad.

Te esperaré en aquel lugar
donde sé, me irás a buscar.
Tal vez una eternidad o solo un segundo.
No lo podré distinguir .
Te esperaré disfrutando de mí.

Daré a luz algunas veces,
tanto como el destino dicte.
Y con cada criatura te esperaré
para a la familia recibirte.

Algunos poemas, historias e ideas
querrán tu atención y tu admiración.
Dejame decirte que
hasta pelearan por ella.

Llegará luego el dia que crezcan
y no les faltes más.
Solo el momento lo dirá.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Una gota

Cayó una gota de lluvia en su frente que se deslizó por su nariz pasando por sus labios y desvaneciéndose en su barbilla. Se sentía fría, refrescante, apacible... Mientras todo lo demás se sentía caluroso y agobiante. Todos caminaban de un lado a otro sin parar, sin mirar alrededor, sin mirar a los demás. Ella, sin embargo, no pudo seguir el flujo de la gente. Tuvo que detenerse y mirar hacia arriba, ver que no era un techo lo que había sobre su cabeza, si no un cielo abierto que no le ponía límites, unas nubes que decoraban el paisaje y traían agua para calmar la sed y un sol que jugaba al escondido cada vez que podía. ¿Qué se siente cuando no se siente nada y todo a la misma vez?


De pronto la golpeó una de aquellas personas que caminaban. No dijo perdón, no la miró, solo siguió caminando. ¿Una señal?- pensó, tal vez no debería parar para mirar el cielo- Entonces recordó un lugar donde debía estar, una persona a la que debía ver, un plazo de tiempo que debía cumplir.

En la licuadora

Entre pensamiento y pensamiento se me cayó en la licuadora el cerebro y unas canciones de Arjona, junto con los ingredientes de la batida que preparaba. Como no quedaba de otra, me tocó tomarla. Me hubiera gustado pedirle el cerebro prestado a cualquiera de mis hermanas menores y regresar a esos tiempos de muñecas y bailes. Pero como todavía me queda un poco de alma, las deje tranquilas. Las semanas siguientes fueron de recuerdos y aceptación a la cruda realidad, tan maravillosa a veces, que es la vida.

lunes, 20 de marzo de 2017

Radhames

Radhames llevaba días sin dormir de trabajo en trabajo. No sabía cuántas tazas de café se había tomado en las últimas 72 horas pero el corazón iba forzao. Esperaba con ansias que terminara su turno de seguridad en la descuidada Plaza Central, aunque era uno de los trabajos que más le gustaba porque ponía a su disposición una escopeta que le daba poder y se entretenía con los chóferes aburridos. Además solía lanzar piropos a las mujeres que le pasaran por el frente, lo cual ellas solían tomar como obscenidades pensaba Radhames por sus reacciones.
En ese día, agosto 18 de 2014, faltaba una hora para terminar su turno y nuestro protagonista estaba de un humor de perros. Le pasó por enfrente una joven que llamó mucho su atención. Dijo buenas tardes sonriéndole y siguió por su camino. Que educada, pensó. Por unos minutos se sintió visto, sintió pertenecer a... realmente no sabía a que. Un gran escándalo lo sacó fácilmente de la buena vibra en la cual había logrado entrar. Alguien parecía pelear por un parqueo así que fue a desempeñar su papel. Todos gritaban y no podía entender nada. Sobó la escopeta? bueno, trató de hacerlo pero antes de lograrlo dos de seis disparos que penetraron el flácido cuerpo de aquel hombre que había sentido unos segundos atrás lo que llevaba tal vez años sin sentir.
Murió como muere la gente, en segundos.

sábado, 18 de marzo de 2017

Miedo

Miedo - salio de mi boca sin pensarlo.

 - ¿A qué le tienes tanto miedo si día a día ves milagros? Te rodean y lo sabes. Muchos ni se percatan de esas maravillosas demostraciones de amor que fluyen constantemente en el universo.

Me enfadaba oírlo porque era cierto. Me molestaba sentir miedo pero era un olor y sabor que se habían impregnado en mi hace tiempo. 

 - Si empiezo a decirte a qué le tengo miedo no terminaríamos nunca. Cada vez surgirán más miedos. Así que ya no me molestes pequeño e inocente ángel que lo que me dirás lo he escuchado mil veces de mil diferentes labios. Además he hablado con tu creador y hemos llegado a un acuerdo.

 - ¿Mi creador?... ¿Mi creador se ha mostrado ante tan temerosa criatura que tiembla y vaga por el universo?

 - Si - reí. Me había encontrado ya con muchos seres que parecían saber quien era digno de escuchar y cantar tal majestuosa melodía. ¿No es a nosotros, los más temerosos, a quienes debería de cantar? - si, tu creador me ha dejado sentir miedo. 

Luego de unos segundos nos miramos y sonreímos. Las palabras sobraban. 

Luz

Santiago levantó la mirada del libro en el cual llevaba horas sumergido, al tiempo en el que comenzaron a caer las primeras gotas de lo que...