jueves, 16 de marzo de 2017

¿Gemelas idénticas?

Las vi a ambas paradas frente a mí. Gemelas idénticas, hermosas y elegantes. Nunca hubiera podido diferenciarlas de no haber conversado luego con ellas. Una se me acercó sutilmente, llevaba poco maquillaje, del tipo de maquillaje que la mayoría de los hombres no reconocería. Sonreía constantemente y era una sonrisa capaz de seducir al más célibe de los monjes. Nuestra conversación fue demasiado intensa como para ser algo más que privada. La otra no se me acercó, se mantuvo ahí parada esperando… ¿a mí? No lo se realmente. Inseguro sobre qué hacer me le acerqué. Sonrió unos segundos mientras me miraba fijamente a los ojos, lo que se sintió como una mirada al alma. Caminamos mientras platicábamos sobre cosas tan triviales como el café, se decía tanto sin decir realmente nada. Cuando la vi marcharse supe que era ella. Entonces se volteo para decir en el más dulce tono de voz, continua mi bella criatura y deja que tu río fluya porque darás vida, mucha vida, más de la que jamás hubieras podido imaginar. Eres ya madre, madre de ideas y de amores. Pero tu tarea no ha terminado, continua que luego responderé todas tus preguntas.

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