lunes, 20 de marzo de 2017

Radhames

Radhames llevaba días sin dormir de trabajo en trabajo. No sabía cuántas tazas de café se había tomado en las últimas 72 horas pero el corazón iba forzao. Esperaba con ansias que terminara su turno de seguridad en la descuidada Plaza Central, aunque era uno de los trabajos que más le gustaba porque ponía a su disposición una escopeta que le daba poder y se entretenía con los chóferes aburridos. Además solía lanzar piropos a las mujeres que le pasaran por el frente, lo cual ellas solían tomar como obscenidades pensaba Radhames por sus reacciones.
En ese día, agosto 18 de 2014, faltaba una hora para terminar su turno y nuestro protagonista estaba de un humor de perros. Le pasó por enfrente una joven que llamó mucho su atención. Dijo buenas tardes sonriéndole y siguió por su camino. Que educada, pensó. Por unos minutos se sintió visto, sintió pertenecer a... realmente no sabía a que. Un gran escándalo lo sacó fácilmente de la buena vibra en la cual había logrado entrar. Alguien parecía pelear por un parqueo así que fue a desempeñar su papel. Todos gritaban y no podía entender nada. Sobó la escopeta? bueno, trató de hacerlo pero antes de lograrlo dos de seis disparos que penetraron el flácido cuerpo de aquel hombre que había sentido unos segundos atrás lo que llevaba tal vez años sin sentir.
Murió como muere la gente, en segundos.

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